El Día Mundial de la Papa se celebra hoy 30 de mayo por primera vez para destacar la importancia de este tubérculo milenario, considerado un pilar fundamental en la alimentación global.
La fecha fue instaurada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en diciembre pasado.
Originaria de los Andes en Sudamérica, la papa fue introducida en Europa en el siglo XVI y desde entonces se ha extendido por todo el mundo, convirtiéndose en un cultivo esencial en múltiples culturas y economías.
Existen más de 5.000 variedades de papas, muchas exclusivas de América Latina, junto con 150 parientes silvestres que ofrecen una amplia variación genética.
Cultivada por las civilizaciones precolombinas desde hace miles de años, su llegada a Europa permitió su rápida expansión global.
En la actualidad, la papa es uno de los cultivos más importantes en todos los países: la ONU señala que aproximadamente dos tercios de la población mundial consume patatas como alimento básico, ya que es un alimento resistente a la sequía, al frío y a las tierras áridas.
Por eso, la ONU destaca que la papa juega un rol crucial en las estrategias para garantizar alimentos accesibles y nutritivos.
Especialmente en áreas rurales, donde los recursos son limitados y los insumos agrícolas son costosos.
Su versatilidad para crecer en diversas condiciones y su bajo impacto ambiental en términos de emisiones de gases de efecto invernadero la convierten en una opción viable y sostenible para muchas comunidades.
¿Cuáles son los beneficios para la salud de la papa?
A pesar de ser durante años un alimento demonizado, la papa es un vegetal que no debe dejarse de lado si se busca llevar una dieta equilibrada.
Lo importante es consumirla en forma moderada y al cocinarla evitar añadir grasas no saludables o salsas muy calóricas. Entre las bondades de la papa para la salud, los especialistas destacan
Es una fuente de energía completamente natural.
Contiene gran cantidad de antioxidantes y nutrientes esenciales.
Presenta propiedades antiinflamatorias, ideal para artritis y reumatismo.
El potasio que contiene la papa puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca.
Su contenido de ácido fólico y hierro contribuye a tratar la anemia y a producir glóbulos rojos.
El jugo de papa alivia erupciones, quemaduras e irritaciones en la piel gracias a sus propiedades antiinflamatorias.
Mejora la circulación sanguínea, beneficiando el sistema cardiovascular y la hipertensión.